El diseño de información ha demostrado en varias oportunidades que puede facilitar el acceso a la información ayudando a comprender ingentes cantidades de datos. El acceso a aquellos datos no debe considerarse solamente desde una óptica cognitiva por la cual podemos alcanzar determinado nivel de entendimiento o conocimiento de un asunto sino que también debemos considerarlo desde el punto de vista material, esto es, la posibilidad tangible de acceder a determinada información.

Wurman, quien afirma que «la información es poder”, sostiene a su vez que la información de naturaleza pública debe irremediablemente publicarse (tomar estado público) desde el preciso momento en que afectan a los intereses de la comunidad en su conjunto. Es por ello que el acceso a la información ha devenido en un derecho reconocido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos hacia el año 1948. Todo ciudadano tiene derecho a acceder a datos e información pública, y serán los distintos tratados, leyes y decretos reglamentarios aquellos que viabilicen y hagan operativo el ejercicio del derecho de acceso a la información.

Lo interesante es destacar que, ya sea desde las consideraciones legales o bien desde el infodesign mismo, el usuario, ciudadano o público de las piezas es considerado mayoritariamente un sujeto pasivo. El destinatario del diseño de información ve un resultado final, esto es, no es parte de activa del proceso por el cual se arribará a aquel resultado. La naturaleza misma de los medios masivos de comunicación determinó que el público se limite a “recibir” un mensaje, dejando en manos del diseñador o visualizador el trabajo de recolección de datos, análisis y presentación de los mismos.

A partir de esta distinción entre productores y destinatarios se preguntan aquí: “¿no estaríamos replicando así la separación entre ciudadanos e información, añadiendo una nueva élite, los visualizadores?”. De alguna manera el desafío para los próximos años será integrar al usuario en el proceso de elaboración del diseño de información. La puesta en común de herramientas e interfaces que permitan al usuario realizar aportes de datos e información en el proceso mismo, aumentando el grado de implicación de los propios destinatarios. De este modo el destinatario se convierte en sujeto activo que co-produce sus visualizaciones. Desarrollos como el vizlab.nytimes.com, citymurmuitn.org y gapminder.org permiten y facilitan la implicación del usuario definiendo parámetros, seleccionando datos y/o variables, incorporando series propias de datos, entre otros.

Las democracias modernas necesitan de la participación y control por parte de los ciudadanos, y estos derechos se viabilizan accediendo a la información pública. Desde el Estado se debería asegurar no solo el acceso a la información sino también fomentar mecanismos de participación dentro del proceso de elaboración de la información. Ayudado por las nuevas tecnologías de información y comunicación, la implicación de la ciudadanía dentro del proceso de generación de información y de su visualización debería redundar en instancias de creación colectiva de conocimiento.

Ver Ejemplos Relacionados de trabajos de InfoDesign en la FADU-UBA:
La información es poder en manos de la ciudadanía
Información fuera de control, ¿quién la ordena?

Por Juan Ignacio Visentin